miércoles, 3 de junio de 2015

Miranda Priestly


Es bien sabido que todo trabajo y/o negocio no está exento de Competencia. Pero hay uno en particular, dónde podemos ver los rostros más Bellos, creaciones dignas de un Museo, e incluso han pasado a la Historia; pero ocultan cosas Oscuras tras esa pantalla de Grandeza y Flashes. Lo estrafalario, e incluso excentricidades, han llevado este negocio a la creación de un Mercado exclusivo, que ha idealizado la imagen de la Perfección Física y cómo debe presentarse. Se ha transformado en un en un Mundo a parte... hablo del Imperio de la Moda.

Nuestra CSM es una mujer de carácter Terrible, Fuerte, pero que todo el mundo quisiera trabajar para ella. Hablo de Miranda Priestly, personaje encarnado por Merryl Streep en la película The Devil Wears Prada. Una cinta basada en libro del mismo título, dónde relatan la vida de la asistente de Miranda, como llega a trabajar con ella, ganar su confianza y luego dejarla por el amor... ¡qué meloso! ¿A quién le importa Anne Hathaway?



Miranda se robó la Película, literalmente. Su actitud, forma de caminar, vestir y hablar. Una simple mirada dejaba a todos Congelados. Una actuación Formidable, dónde muestra la crudeza del Mundo de la Alta Costura, y cómo para sobrevivir hay que hacer mucho. Ser una Maldita Desgraciada no alcanza. Y hay que destacar un detalle, de esos chismes que uno lee por ahí: se cree que la autora habría basado este personaje en su antigua jefa Anna Wintour, Editora y Jefa de la famosa revista de moda, Vouge.

Quienes han visto la película, saben de lo que hablo. Una mujer que no necesita ser anunciada. Su presencia se siente a Tal Distancia, que todo tiembla y se moviliza para darle entrada a Ella. La Única, la Gran Miranda Priestly.

Una pequeña muestra de su Grandeza y Conchesumadrísmo. Aprendan, pobrezas... así entran los Grandes




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